Un día nuestros sueños nos llevaron de vuelta a Canfranc...

... recordé mis primeros esquís en Candanchú, mis primeros campamentos en Canal Roya, mis primeros pasos como monitor de tiempo libre en la casa de colonias junto al río, mis primeras escaladas en el Coll de Ladrones. Cuántos primeros pasos en un mismo lugar. Pero sobre todo recordé aquel olor a aceite quemado de los trenes en la estación, su vestíbulo, la gente subiendo y bajando del tren, sus largas y agradables cuatro horas desde Zaragoza, montañeros, esquiadores...cómo ha cambiado todo, ¡qué abandono!
Por un momento entristecí mientras se desvanecían aquellas imágenes, como si del color pasasen al blanco y negro. Sentí la necesidad de hacer algo, y así fué. Ahora subo casi todos los fines de semana; veo como la Estación se transforma, me manifiesto por la reapertura del Canfranc, paseo por sus montañas, observo su naturaleza, fotografío sus paisajes, convivo con sus gentes y vuelvo a deslizarme por su nieve.
Pero lo mejor es que todo ésto no lo hago solo, sino con mi mujer y mis hijos. Y contagiamos a familiares y amigos. ¿Te contagias tú también?

9 mar 2013

Paseo con raquetas a la Olla de Estivellas

Lo bueno de las laderas de Canfranc-Estación es que en cada estación del año te encuentras con un recorrido que, aunque sigue el mismo trazado, es completamente distinto al anterior.

Esta vez nos adentramos en el bosque nevado de la ladera oeste de Arañones, desde el final del paseo de los Ayerbe. Tomaremos el sendero que sube a Estivellas y la cascada de la Cola de Caballo pasando por el sendero del Corzo.
Aunque el sendero es fácil, en invierno hay que tomar precauciones. El sendero no se ve y nos guiamos por las huellas que han dejado otros senderistas anteriormente, las cuales a veces también nos pueden despistar y alejarnos del recorrido original. Pero con un poco de orientación volveremos al buen camino.
Nos encontramos con bastantes huellas y excrementos de corzo, que bajan desde lo alto a rebuscar y comer brotes frescos y restos de los excursionistas. Madrugando un poco incluso podremos ver a alguno por un breve instante, pues salen huyendo a gran velocidad.
Conforme ascendemos podremos asomarnos con mucho cuidado a los miradores desde donde, si tenemos suerte con el tiempo, podremos observar bellas imágenes del valle y sus picos. La Estación Internacional parece de juguete.
Al llegar al último muro antialudes del barranco de Estivellas, bajo la cascada, podremos ver con suerte algún que otro Sarrio en contraste con el blanco de la nieve desafiando a la ley de la gravedad. No está de más llevar prismáticos o una buena cámara con zoom.
Más arriba disfrutaremos de la belleza de la Cascada de Cola de Caballo completamente congelada y posteriormente con mucho cuidado alcanzaremos la olla de Estivellas. Total ida, entre1h.30' y 1h.45'

Una variante corta con niños es desviarse poco antes del segundo mirador por la Fuente del Burro, y, o descender hacia las piscinas, o alcanzar el primer mirador y descender por la senda que nos deja detrás del Ayuntamiento.